La inteligencia emocional (la capacidad de gestionarnos a nosotros mismos y nuestras relaciones de forma eficaz) consiste en cuatro aptitudes fundamentales: conciencia de uno mismo, autogestión, conciencia social y habiblidad social. Cada una de estas está integrada a su vez por diversas competencias. A continuación incluimos una lista de las aptitudes y sus rasgos correspondientes.
Conciencia de uno mismo:
- Conciencia emocional de uno mismo: la capacidad de interpretar y comprender tus emociones, así como reconocer su impacto en el rendimiento laboral, las relaciones, etc.
- Valoración rigurosa de uno mismo: una evaluación realista de tus aptitudes y limitaciones.
- Confianza en uno mismo: un sentido fuerte y positivo de tu valía.
Autogestión:
- Autocontrol: la capacidad para dominar las emociones e impulsos perturbadores.
- Fiabilidad: una muestra sistemática de honestidad e integridad.
- Meticulosidad: la capacidad de gestionarse a uno mismo y sus responsabilidades.
- Adaptabilidad: capacidad de amoldarse a las situaciones cambiantes y superar los obstáculos.
- Orientación a los logros: el anhelo de satisfacer un criterio interno de exelencia.
- Iniciativa: la voluntad de aprovechar las oportunidades.
Conciencia social:
- Empatía: la habilidad de percibir las emociones de los demás, entender su punto de vista e interesarse activamente por su preocupaciones.
- Conciencia organizativa: la habilidad de interpretar las corrientes de vida organizativa, crear redes de toma de deciciones y sortear las políticas.
- Orientación al servicion: las habilidad de reconocer y satisfacer las necesidades de los clientes.
Habilidad social:
- Liderazgo visionario: la habilidad de tomar las riendas e inspirar con una visión convincente.
- Influencia: la habilidad de desplegar toda una serie de tácticas persuasivas.
- Desarrollar a los demás: la propensión a fomentar las aptitudes de los demás a través de valoraciones y orientación.
- Comunicación: la habilidad de escuchar y mandar mensajes claros, convincientes y precicos.
- Catalizador del cambio: la habilidad para lanzar ideas nuevas y llevar a la gente en una nueva dirección.
- Gestión de conflictos: la habilidad de suavizar discrepancias y orquestar soluciones.
- Crear lazos: la habilidad para cultivar y mantener una red de relaciones.
- Trabajo en equipo y colaboración: la habilidad para fomentar la cooperación y crear equipos.